Discriminación en 2015… ¿En serio?

Últimamente he leído y escuchado demasiadas noticias referentes a la discriminación, ya sea por color de piel o por ascendencia y nacionalidad. Me sorprende que aún existan personas que se consideren superiores por el territorio donde les tocó nacer (y digo les tocó, porque nadie elige dónde nace) o porque su piel tenga más o menos pigmentación. Que yo sepa, todos somos básicamente iguales (exceptuando algunos casos de personas únicas), y nuestros cuerpos funcionan del mismo modo. Todos somos capaces de lograr grandes cosas, de superarnos y ser personas de bien… Lo que sucede es que no todos tenemos las mismas oportunidades. No todos tenemos la dicha de nacer en países donde la riqueza está mejor dividida, y la oferta educativa es buena y accesible; no todos encontramos un plato de comida en la mesa, tres veces al día; no todos tenemos la posibilidad de estudiar mientras mamá y papá se encargan de los gastos; y peor aún, no todos contamos con papá y mamá. El hecho que tú tengas estas ventajas, ¿Te hace mejor? La verdad no lo creo, y el hecho que tú pienses así me demuestra que el dinero no compra inteligencia ni humanidad.

¿Y qué hay del color de piel? Me parece aún más ignorante… ¿En serio piensas que porque mi color de piel es medio tono más oscuro, tienes superioridad sobre mi “raza”? Vamos… ¡son solo colores! El color no hace al individuo, y el hecho que una piel sea considerada más o menos hermosa cambia según la moda y según los gustos. Sumado a eso, este mundo está tan mezclado, que las personas que sean de raza “pura” deben ser muy pocas, si es que aún existen. Probablemente aquel que critique a otra raza, lleva en su sangre una mezcla que incluye esa misma raza que critica.

Por favor, erradiquemos la discriminación; eliminemos el odio de nuestras vidas. El día que realicemos que todos somos iguales, que todos somos hermanos, y que todos merecemos las mismas oportunidades y derechos, el mundo será un lugar mejor, donde disfrutaremos vivir.